IDEA CENTRAL

El Evangelio trabaja simultáneamente en nosotros y a través de nosotros. Interiormente, nuestros deseos y motivaciones van cambiando conforme nos arrepentimos y creemos en el Evangelio. En la medida en la que experimentamos el amor de Cristo de esta manera, nos sentimos obligados a relacionarnos con los que nos rodean con la misma clase de amor redentor. La gracia de Dios trae renovación a todas partes, en nosotros y a través de nosotros.